lunes, julio 02, 2007

Una mano, un dedo.

Samuel definitivamente quiere ser como su hermano. Y que mejor que nacer igual, con la clavícula fracturada. Mañana será la primer visita formal con el pediatra. Esperemos que con Samuel las visitas sean menos que Ulysses. El nacimiento me ha servido para darme cuenta que he olvidado en mucho como fue con Ulysses. Lo recuerdo en algunas etapas. Carol recuerda más cosas. Yo veo fotos y por momentos no puedo ubicarlas bien. Se me pierden las etapas o las confundo.

Samuel duerme ahorita. Sus piernas son delgadas. No pierdo oportunidad del contacto físico. A Ulysses le hablaba más, pero a Samuel lo toco mucho más. Le hago masaje, le dejo mis dedos para que los apriete con fuerza. Quizás está en mi una preocupación mayor por tener un vínculo. Y es que en todo momento pienso en la forma en que me llevaré con él. A cada momento me topo con la pared de mis palabras al hacer un comentario afectivo, sin darme cuenta de que Ulysses me escucha a un lado y toma nota de todo lo que digo. Hasta el momento no ha mostrado celos, pero si busca más atención, pide y reclama no perder los momentos ganados antes.

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