jueves, julio 05, 2007

Felicidad

Recuerdo que tres o cuatro días después de que nació Ulysses me cayó de golpe la felicidad. Es una mentira que el momento en que nace un hijo es el más feliz. No llega a eso porque en ese momento hay demasiada preocupación, demasiada tensión y lo que uno siente es alivio. Para mi el momento más feliz fue dos o tres días después.

Una madrugada en que Carol por cansancio no podía más y me quedé yo cuidando a Ulysses. El estaba despierto. Y ahí de golpe llegó toda la felicidad.Con Samuel ha sido distinto. Quizás hay menos intensidad. No hay sorpresa en cuanto a mi emoción o alegría. Lo que hay es una interrogante en torno a su personalidad. Ahora si trato de leer cada uno de sus movimiento, de sus expresiones. Trato de adivinar poco a poco como va a ser.

Por cierto,hoy fue día de baño. Que tranquilidad más grande. Recuerdo que la primera vez que bañamos a Ulysses lloró mucho, se asustó. Con Samuel no, fue distinto. El era toda tranquilidad, seriedad. Veía todo, eso si. Cada movimiento era seguido por sus ojos y después se dedicó a observar sólo las luces mientras Carol terminaba de secarlo.

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